Oriente, que está lejos,
nos provee de imágenes
--mandalas minuciosos
y Budas impasibles--
y de frases de añil,
bien sugerentes: fulcros
de ensoñación confusa
y de lamentos por
Occidente, esa tierra
--gigantesca también--
desnaturalizada.
("¿Y Corea del Norte?"
"No es el Tao...") Tratamos
de huir mediante el soma
de La Sabiduría.
(Los Mayas también pueden
--¡es lo mismo!-- ayudar
a sentirse querube.)
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