"de la musique avant toute chose"Como un violín sin alma,
Paul Verlaine
que calla, y ya no hay Dios,
me quedé sin la bruma
de amar la poesía.
Y mis ojos se entregan
a libros codiciosos,
y mi oración se funde
a secos continentes.
No puedo pretender
un restablecimiento.
La Ciudad condiciona
mi aliento, se le opone.
Mi cuerpo está varado
en arenales grises.
Queda por olvidar
lo que antes fue sonido.
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