lunes, 23 de octubre de 2017

EL SUEÑO POSTERGADO


En el sueño a tu casa 
la comprabas por partes 
y nadie la tenía 
completa. Había niños 
que rondaban al frente 
de los grandes galpones, 
prometiéndose entrar 
tarde o temprano. Todos 
pagábamos en cuotas 
infinitas según 
tuviéramos o no. 
Al morir, lo que hubiéramos 
hecho de casa, junto 
con nuestras ropas, útiles 
y demás, era, en fin, 
devuelto a los galpones. 
Quién no quiere una casa. 

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