Los gatos corren en
el techo. Acá en la pieza
un foquito apagado
ilumina de oscuro
tu sueño mientras yo
compongo de memoria
un poema que quiere
decirse, nada más.
Cuando nos gusta, dijo
Ray Bradbury, una cosa,
como nadar de noche
por ejemplo, lo hacemos
cada vez que es posible:
la acción se justifica
por sí misma. Y hay bis:
tipear estas palabras
es estar en la bici,
hoy con forma de compu,
que en la plaza de un barrio
me llevaba, glorioso,
al Valle de la Luna.
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